miércoles, 12 de septiembre de 2007

Raquel E. Simón D.

Introducción
La arquitectura es un viaje, lleno de colores, texturas, olores, memorias, y sentimientos, en fin, abarca todas las sensaciones posibles. Pero también es un viaje en el tiempo, que nos permite pasearnos por distintas culturas, percepciones y significados. Mi experiencia en la arquitectura siempre ha estado ligada a viajes y cambios. Soy venezolana, hija de inmigrantes, viví en caracas hasta los 13 años, cuando me enviaron a estudiar en Jamaica un año. Ese fue el primer gran cambio de mi vida, donde comencé a comprender las diferencias culturales. Al terminar el colegio decido estudiar arquitectura en Caracas. En el segundo año de carrera suspendo mis actividades académica y me voy a vivir 5 meses en Paris, donde a pesar de mis anteriores visitas a esta ciudad, este es el momento donde realmente aprecio todo lo que me rodea en cuanto a historia, arte y arquitectura. Comienzo a entender los contrastes y la evolución de las ciudades europeas, y esto me ayuda a comprender mucho más las problemática latinoamericanas. El semestre siguiente retomo mis actividades académicas, con otra visión y aprovechando mejor los recursos, pero siempre pensando en el próximo viaje. Un año después me voy a vivir a Miami, donde cambia totalmente mi perspectiva de vida. La experiencia de vivir en Miami no es la más enriquecedora en cuanto a diseño arquitectónico, pero si en cuanto a proporción, y lo más importante, te queda claro que estás en el lugar donde todo es posible. Después de vivir durante un año y medio en Miami, me mudo a Puerto Rico. Durante 6 meses viví en el Viejo San Juan, donde el bombardero sensorial es constante, donde se fusionan las culturas españolas, americanas y caribeñas, donde la gente vive por la música. Finalmente terminé viviendo en Bogotá, y regresando a la universidad, pero esta vez con una visión más global y menos caprichosa del sentido de la arquitectura. Pero siempre pensando en el próximo viaje.

Portafolio




sábado, 7 de julio de 2007

Ciudad de Muros



Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde. (Bertolt Brecht)
La indiferencia es una conducta típica de las grandes ciudades y Bogotá no se queda por fuera. Normalmente tendemos a confundir individualismo, que es la actitud que nos hace ser independientes, con indiferencia. Siempre pensamos que lo que le ocurre al otro a nosotros no nos va a pasar. Los problemas reales solo existen si me corresponden. La indiferencia es la madre de muchas conductas negativas, como la falta de apropiación, que trae consigo el abandono, la dejadez, la apatía. Es fácil ser indiferente cuando existen líneas divisorias tan marcadas como lo son la riqueza y la pobreza, el norte y el sur.
En Bogotá viven muchas personas metidas en sus burbujas que no tiene idea de cómo es el resto de la ciudad, que no saben de problemas sociales que van mas allá de los huecos en las calles por donde ellos transitan. O peor aun tienen personas trabajando para ellas por mas de treinta años y no saben siquiera donde y como viven estas personas.
Somos tan indiferentes que no sabemos cuales son las necesidades de las personas más cercanas a nosotros, pero lo peor no es eso, sino que realmente no nos importa

Todo gira alrededor de la educación y el miedo. El miedo nos hace nos hace ciegos y mudos. La violencia y la impunidad nos hace blanco fácil de la indiferencia. Los sistemas de control, la seguridad y la inversión social son los principales motivadores de la confianza y la autoestima. Una ciudad donde el autoestima de sus habitantes es alto, tiene menores índices de violencia, porque las personas conocen y luchan por sus derechos, esto definitivamente hace que la gente se apropie de los espacios y extingue el miedo.
En el recorrido desde el aeropuerto Eldorado hasta el parque Tercer Milenio, encontramos que uno de los principales orígenes de la indiferencia esta en el miedo, miedo a omitir una opinión y a ser reconocidos. La personas prefieren hacerse la vista gorda frente a problemas que los perjudican directamente ante que hacer una denuncia. El temor es tal que prefieren el problema que una solución antes que ser reconocidos y atacados. En lugares como La plaza de San Victorino nos topamos con personas que no querían hablar de nada para no ser atacados por grupos violentos que operan y controlan el sector. Esto se da en cada rincón de la ciudad las personas tiene miedo de opinar y ser reconocidas.Por otro lado esta la educación en los hogares en conjunto con la inversión social, si las personas se les educa par no ser indiferentes, para entender que el problema del otro se termina convirtiendo en el problema mió, muchas de la cosas lamentable que ocurren en este país podrían ser evitada, porque la sociedad en si funcionaría como una cadena. Por otro lado no es suficiente la educación, la inversión social es una muy buena forma de educar, ya que el sentirnos atendidos, contentos y orgullosos, nos hace defender lo que nos pertenece.

jueves, 5 de julio de 2007

Personajes de la calle



EL CAPULLO


La idea del capullo partió de la posibilidad de crear habitáculos fáciles de transportar e entallar, que al mismo tiempo embelleciera la imagen de la ciudad, dándonos la oportunidad a todos de no poseer identidad y solo ser parte de un objeto. Esto parte de del sentimiento de rechazo que sentimos hacia todos esto habitantes de la calle, pero pensando es una agradable solución para dormir a la intemperie sin generar rechazo, nació El Capullo, que esta creado para el hombre universal, para todo el que desee tener una experiencia relajada y quiera usarlo.

domingo, 1 de julio de 2007

PIELES Y HABITACIONES URBANAS


El Link
Después de pasar un agradable proceso de sensibilización, el cual realmente disfruté, relacionado directamente con una nueva forma de apropiación de nuestra propia ropa, llegamos a una experimentación creando un habitáculo que tenia que estar relacionado con los sentidos, nosotros tomamos como referencia la infancia.
El Link surge como una secuencia en la experimentación con bombas, ya utilizadas en el habitáculo. Creamos un espacio relacionado con la relajación y el descanso dentro de la Universidad Javeriana, creando un puff de 10 metros de largo, que se enrollaría para generar espacios de interacción. Este fue ubicado primero frente al Hospital San Ignacio y luego en la Facultad de Arquitectura y Diseño.



lunes, 18 de junio de 2007

Bogotá 2100



Ya se está empezando a tomar conciencia acerca de la durabilidad de los recursos naturales en el planeta. Una de la principales preocupaciones son las fuentes hídricas, que el porcentaje de contaminación de este recurso es abrumador. Al mismo tiempo sabemos que si no cuidamos lo que tenemos nos quedaremos sin nada. Aun estamos a tiempo, la tecnología nos puede ayudar a recuperar lo impensable, solo falta un poco de voluntad y conciencia.